Como forma de expresión individual y colectiva, la música siempre ha sido un buen prisma a través del cual mirar los cambios sociales –y esto se aplica también a sus formas de producción y consumo–. En ese sentido, poner el foco sobre la música nos permite recorrer transformaciones más o menos recientes en América Latina, región atravesada por diversas crisis y procesos de globalización por arriba y por abajo.